lunes, 9 de marzo de 2009

Quedarse en casa

Admiro a las mujeres que habiendo trabajado fuera deciden trabajar en casa. Hasta diría que las envidio un poco.

Ellas lo decidieron sin dudad en contra de su entorno. Somos así de inconsistentes. Por un lado estamos peor pagadas; vemos dificultada nuestra inserción laboral y carrera profesional; temen contratarnos si estamos en edad fértil; y nos vemos obligadas a demostrar dos (o tres) veces nuestras capacidades. Pero por otro resulta que nos quedamos en casa porque se vive como dios; damos la razón a los machos que piensan que nuestro sitio está en casa; es genial porque dejamos de robarles un puesto de trabajo, y más todavía en época de crisis; renunciamos a nuestra realización personal; y participamos voluntariamente en una vuelta atrás de los grandes logros sociales obtenidos por la mujer hasta hoy. Sea como sea lo hacemos fatal. Si trabajamos porque lo hacemos, y si no porque lo dejamos de hacer.

Según el CIS el 17% de las mujeres trabajadoras dejan de serlo cuando llega el primer hijo. Respeto mucho esa decisión, pero siempre que sea tomada libremente por ambos miembros de la pareja, y sobre todo no implique de forma automática la transmisión a los hijos de una educación sexista.

Y es que cuando la mujer está en casa es tremendamente fácil recuperar los viejos estereotipos de ella poniendo las zapatillas y el esperando impaciente por la comida. Para esto es vital la valoración del trabajo que la mujer realiza en casa, y la asunción, por parte de la pareja, de que la jornada laboral tiene el mismo límite horario para ambos, y de que ambos deben disfrutar de iguales descansos semanales, de iguales períodos vacacionales.

Ya decía que respeto mucho la decisión de la mujer de hoy de quedarse en casa. Pero lo que espero es poder decir muy pronto que respeto también la decisión del hombre español de quedarse en casa, una posibilidad que, obviamente, en el estudio del CIS ni tan siquiera se menciona.

Fecundidad y valores en la España del Siglo XXI, CIS.

PREGUNTA A LA MUJER: La maternidad, ¿Ha afectado a tu trabajo?

Sí, me obligó a reducir la actividad: 27%
Sí, tuve que interrumpir mi trabajo todo un año: 27%
Sí, limitó mis oportunidades de promoción: 21%
Sí, dejé de trabajar por ello: 17%

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